El fondo necesario para comprender este versículo se encuentra en Jeremías 33:4-16. Es muy corto y vale la pena leerlo. En el tiempo de este pasaje, Israel y Judá eran cautivos en la tierra de Babilonia, su tierra arruinada, y les parecía que no había ninguna esperanza, pero Dios prometió que iba a restaurarles a su tierra y sanarles, lo cual se ha cumplido en parte, y se completará totalmente mientras que los eventos de estos últimos días continúen desenvolviéndose. Esto es el plan y la promesa de Dios para Israel y Jerusalén. Pero también se puede aplicar este pasaje a nuestras vidas personales. No importa que arruinada parezca tu vida, que perdido te sientes, que destituido y sin esperanza estás, si de veras te arrepientes de tus fracasos y pecados y clamas a Jesús que te salve, tenemos un bondadoso Padre Celestial que te perdonará de tus fracasos y de tu desgracia; escribirá tu nombre en su libro en el cielo, y llenará tu corazón con amor, paz, y gozo en El Espíritu Santo. Desde luego han habido muchas oportunidades perdidas; tal vez años malgastados vagando en el desierto de codicia, deseos carnales, y pecado; “Días perdidos, y noches malgastadas”. Pero Dios es bondadoso y misericordioso y puede llenar el tiempo que tal vez te queda aquí en la tierra con amor, paz, y gozo en el Espíritu, y después, una eternidad de bendición en el cielo. Ninguno de nosotros somos salvos por ser buenos, sino por la obra completa de Jesús que murió por nuestros pecados. Algunos entramos al cielo por el agua, Algunos por la tempestad, Algunos por el fuego, Pero todos por la sangre.
Dios bendice tu día.
Escrito el 16/06/2021
Pedro Díaz Burgos
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