La versión de Reina Valera 1960 dice: pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. La versión de Dios habla hoy dice: pero no basta con oír el mensaje: hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos. Quiero hacer énfasis en el autoengaño. En el mundo en que vives, es posible que realices actos erróneos y la gente no los perciba. Puedes engañar a tu esposa, engañar a tus padres, a tus jefes, pasarte una luz roja sin que te vea un policía, llevar una vida los domingos y otra los demás días engañando así a la congregación. Engaños y más engaños, pero al final, debes entender que la única persona que estás engañando es a ti mismo. Tú y nadie más que tú, es el perjudicado. ¿Puedes darte cuenta de esto? No tiene ningún logro el burlar a las personas y hacerlas creer lo que no es. Tú te estás engañando a ti mismo y eso no te lleva a ninguna parte. Por otro lado, hay personas que se van al extremo del versículo y lo único que quieren hacer son obras. Quieren ayudar enfermos, ancianos, gente de la calle y así la lista sigue. ¿Qué tiene de malo? Que Dios dice no BASTA con escuchar la palabra sino ponerlo en práctica. La práctica no es aquello que tú pienses que se deba hacer, sino que está basada en lo que Dios dice que debe hacerse. El primer paso, lo más básico y elemental es leer la Biblia, enterarte de lo que Jehová dice y tiene para ti. El segundo paso va de la mano con el primero: poner en práctica lo aprendido. Recuerda que Dios quiere que las cosas sean a Su manera, no a la tuya, que es un Dios soberano y sobre todo de orden. ¡Qué orgullo tan grande tenemos cuando pensamos que nuestras ideas y actos son mejores que lo que Él propone! Me he topado con personas que no quieren congregarse porque no confían en las iglesias, personas que no entregan su diezmo a la iglesia porque no les gusta la administración que se lleva a cabo, personas que se dedican a encontrar fallas en los que siguen a Jesús de manera incondicional. ¿Realmente crees que puedes llevar una mejor vida que la que te propone Dios? ¡Por favor! ¡Humilla un poco tu corazón! Si Dios dice, tú haces. Deja de cuestionar. Obedece. Aprende a leer constantemente la Biblia y sobre todo a llevarla por práctica siempre. Si te dice que no dejes de congregarte, ¡no lo hagas!; si te pide que des tu diezmo, ¡dalo; si te pide que respetes a tus autoridades ¡respétalas!; si te pide que ames a tu prójimo ¡ámalo!; si te pide que seas pronto para oír y lento para enojarte ¡hazlo! La Biblia NO es un libro de buenas intenciones. Es la palabra de Dios que te guía por el camino correcto. ¡No basta con escucharla! Es necesario que la lleves a la práctica en tu PROPIA VIDA. Deja de engañarte. Tú eres el único perjudicado. Te animo a que le des una oportunidad a Dios poniendo por práctica su palabra, te aseguro que te sorprenderás
Tenga un bendecido Mes de Julio
Escrito el 01/07/2021
Pedro Díaz Burgos
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